El desarrollo del lenguaje es uno de los aspectos que más preocupa a los padres y también uno de los que más llama la atención. En muchas ocasiones llegan consultas sobre los hitos del desarrollo que se deberían haber alcanzado a ciertas edades, como por ejemplo a qué edad deben aparecer las primeras palabras, qué vocabulario aproximado debe tener un niño de un año y medio o a qué edad se debería empezar a unir palabras. En este artículo queremos dar luz sobre este tema y daros una serie de pautas para la estimulación del lenguaje.
¿Cómo sé si mi hijo es hablante tardío?
En la actualidad se admiten los siguientes criterios propuestos por Rescola (1989) para considerar que un niño es hablante tardío:
- Si a los dos años produce menos de 50 palabras significativas para él.
- Si a los dos años no empieza a producir combinaciones de palabras del tipo “dame agua”.
A continuación os mostramos algunas estrategias básicas. Unas pautas para la estimulación del lenguaje que podéis utilizar con vuestros peques en los casos en los que esté costando empezar con el lenguaje oral. También para los casos en los que ya exista este lenguaje pero sea inmaduro, con dificultades o errores.
Es importante empezar recordando que los niños aprenden por imitación. Nuestros menores pasan la mayor parte del tiempo en casa y con familiares cercanos. Las situaciones cotidianas son momentos muy valiosos para llevar a cabo estas estrategias:
Estrategias generales para estimular el lenguaje
- Que los niños presten atención tanto a los sonidos de su entorno como a los que él mismo produce.
- Que reciban feedback y refuerzo ya sea con una verbalización, sonrisa o caricia cuando realicen algún intento de comunicación o interacción.
- Permitir el juego y uso de instrumentos musicales y objetos sonoros, ya que esto estimula su audición, potencia la atención y percepción del sonido al localizar el lugar del que proceden.
- Adecuar el input lingüístico ¿Qué quiere decir esto? Que debemos ofrecer un modelo de habla correcto, ajustando nuestro lenguaje al nivel de procesamiento del niño. Principalmente debemos evitar hablarle de forma infantil y utilizar sus propios errores. Dos ejemplos muy comunes son llamar a los zapatos papes y al chupete tete porque es como el niño lo pronuncia. Es decir, se debe utilizar un lenguaje sencillo, con intensidad en el tono de voz, marcando algunas pausas para hacerlo atractivo y haciendo mucho énfasis en la expresión facial y gestos.
¿Qué más podemos hacer?
- Potenciar la imitación tanto de sonidos como de movimientos con las distintas partes del cuerpo. Incluso representando acciones básicas. Utilizar un espejo y jugar a poner caras es motivante y divertido para la mayoría de los niños. Esto hace que centren la atención en los órganos bucofonatorios. Cuando ya existe lenguaje se puede incitar al niño a repetir algo que previamente hemos verbalizado, pero ¡OJO! debemos ser cautos con esta estrategia de estimulación, y evitar pedir de manera excesiva que repita algo ya que podemos conseguir el efecto contrario si el niño percibe que le cuesta hacerlo pudiendo incluso sentirse frustrado.
- Modelar. Una de las estrategias más importantes que se basa en un proceso de aprendizaje observacional, como se comenta al inicio, los niños aprenden por imitación y los papas sois sus principales modelos. Esta estrategia de estimulación es similar a la imitación pero sin demandar la repetición del estímulo verbal. Se puede realizar de diferentes formas:
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- Habla paralela: consiste en verbalizar las acciones realizadas por el niño en el mismo momento en que las está realizando
- Autoconversación: en este caso se verbaliza la acción realizada por el adulto.
- Estimulación focalizada: consiste en elegir estímulos (palabras) que se puedan repetir en diferentes contextos y presentársela de manera intensiva.
Más pautas para la estimulación del lenguaje:
- Expandir. Consiste principalmente en confirmar lo expresado por el niño pero complementando la oración, por ejemplo si el niño dice: “mira pájaro” el adulto debe repetir lo expresado añadiendo información relacionada: “mira, el pájaro está en el árbol”.
- Reformular. Es similar a la expansión pero en este caso nos centramos en corregir un error producido por el niño SIN DECIRLE EN NINGUN MOMENTO QUE ESTA MAL. Un ejemplo en el que aplicar esta estrategia es en caso de las sobregeneralizaciones en las que el niño por ejemplo dice: “lo he ponido” y el adulto repetiría: “si, lo HAS PUESTO”.
- Facilitación semántica o fonológica. Estas estrategias se utilizan para facilitar el acceso al léxico, es decir, a llegar a la palabra que los niños quieren decir ya que en muchas ocasiones ocurre que les cuesta acceder a una palabra determinada. En ese caso nosotros podemos ayudarlos con una facilitación semántica, que sería por ejemplo decir el nombre de la categoría a la que pertenece el objeto “es un animal que vive en la granja y pone huevos” para gallina. O facilitación fonológica en la que deberíamos indicar el sonido por el que inicia la palabra.
¿Cuándo realizar estas estrategias?
¡¡Siempre que podáis!! los contextos naturales como las rutinas y en general todas las situaciones que se producen en el hogar son muy ricos para aplicar estas pautas para la estimulación del lenguaje. Por ello se recomienda:
- Utilizar las rutinas como la hora de la comida, el aseo, visitas etc. para hablarle y explicarle qué se está haciendo, con quien, cómo se va a hacer, etc.
- Elegir actividades que al niño le gusten, le resulten motivantes y atractivas para así provocar la intención comunicativa. Dejar que sea el niño el que lleve la iniciativa en el juego y adaptarnos a sus deseos para así facilitar la contigüidad en la interacción.
- Cantar, leer cuentos con imágenes y ver dibujos infantiles juntos. Hacerle partícipe e introducirlo en la actividad haciendo preguntas sobre las imágenes del cuento o alguno de los personajes de los dibujos.
- Establecer rutinas y enseñarle a recoger los juguetes una vez finalizado el juego.
- Modificar el ambiente quitando algunos juguetes de su alcance pero dejándolos a la vista. El niño intentará cogerlo, hará algún gesto para llamar tu atención o pedirá ayuda iniciando así un proceso de comunicación.
- Fomentar el juego SIMBÓLICO
- Adoptar una actitud positiva ante el niño reforzando y valorando sus esfuerzos.
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Autora: Susana Martínez Pérez. Graduada en Logopedia y Psicología.